Los primeros seis meses de un potro son muy importantes para garantizar una buena salud y desarrollo el resto de su vida.
Durante este período experimentan un rápido crecimiento físico, desarrollando su sistema inmunológico y experimentando cambios importantes en su comportamiento y salud. A continuación, comentaremos a grandes rasgos los puntos más importantes:
– ALIMENTACIÓN:
La leche materna debería de ser la fuente de alimentación principal del potro para sus primeras semanas de vida. Contiene todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, desarrollo y fortalecimiento de su sistema inmunológico. Es importante observar al potro durante las primeras horas después del parto para asegurarse de que mame calostro. Se trata de la primera leche que produce la yegua y la más cargada de nutrientes, energía y anticuerpos.
En caso de que la madre no pueda proporcionar suficiente leche, se puede recurrir a la suplementación con leche artificial. Esta leche debe ser específica para potros y debe administrarse siguiendo las instrucciones del veterinario. Es importante evitar la sobrealimentación, ya que esto puede causar problemas digestivos y de desarrollo físico, musculoesqueléticos.
A partir de las 2-3 semanas de vida, el potro comenzará a mostrar interés en otro tipo de comida a pesar de que su alimentación principal sea la leche materna.
Entre el cuarto y sexto mes de vida generalmente se produce el destete, aunque esto dependerá del criador y, por supuesto, de la yegua y el potro. Cuando éste se realice, se le debe ofrecer heno de alta calidad para que el potro pueda comenzar a desarrollar su sistema digestivo. A medida que el potro va creciendo, se puede ir introduciendo gradualmente pienso, otros tipos de forraje y suplementos alimenticios según las recomendaciones del veterinario o nutricionista equino. La base de la alimentación de cualquier caballo está íntimamente relacionada con sus condiciones particulares. No come el mismo tipo de pienso un potro de ocho meses que un caballo de doce en plena competición o una madre gestante. Hay que adaptar la ingesta a las necesidades, en cuanto a tipo de alimento, manera de administración y cantidades.
– AMBIENTE:
Los potros necesitan un ambiente limpio, seguro y adecuado para su desarrollo. Se recomienda criarlos en zonas amplias, con suficiente libertad y en compañía de otros caballos, donde puedan tener espacio para correr, jugar y desarrollar sus músculos.
Este espacio deberá contar con un refugio adecuado para proteger al potro del frío, la lluvia y el sol. El refugio debe ser lo suficientemente grande como para que el potro pueda entrar y salir libremente, y debe estar ubicado en un lugar seco y bien ventilado.
– CUIDADO VETERINARIO:
Es fundamental contar con una atención veterinaria regular durante sus primeros meses de vida y mantener el teléfono del veterinario en la agenda para siempre. El veterinario debe realizar chequeos periódicos para evaluar su estado de salud, desparasitarlo y vacunarlo según el calendario recomendado.
Los caballos tienen un sistema digestivo muy delicado, la palabra cólico es a la que más le tememos los amantes del caballo, y ésta se puede controlar -no siempre- con un buen veterinario cerca.
En las fases iniciales de la vida del caballo, que un buen facultativo marque las pautas, nos evitará problemas en un futuro.
Es importante mantener una observación constante en el potro y reportar al veterinario cualquier cambio en su comportamiento, apetito o estado de salud. Algunos signos de enfermedad más comunes son:
- Fiebre
- Diarrea
- Falta de apetito
- Letargo
- Dificultad para respirar
- Mal humor
– EJERCICIO:
Siempre es recomendable permitir que el potro tenga tiempo para correr y jugar libremente. A partir de los 4-6 meses de vida, se pueden iniciar sesiones muy ligeras de entrenamiento, siempre teniendo en cuenta la edad y el desarrollo del potro.
Se deberán evitar entrenamientos excesivos o trabajos duros, ya que esto puede ser perjudicial para sus articulaciones y huesos aún en desarrollo.
En su hábitat natural, el potrillo y su madre pastan y galopan todo el día, es obligación de los propietarios el proporcionar un entorno afable y seguro para el desarrollo del potro, disfrutando y en movimiento el mayor tiempo posible.
Como dato, es importante saber que el potro no termina de desarrollarse completamente hasta aproximadamente los 6 años.
– SOCIALIZACIÓN:
Es muy importante que los potros tengan la oportunidad de interactuar con otros caballos desde una edad temprana, estando siempre acompañados por ellos. Esto les ayudará a desarrollar sus habilidades sociales correctamente y evitar problemas de conducta futuros.
Tener mil ojos durante los primeros meses de vida de tu potro es fundamental. Aprovecha para rodearte de buenos profesionales que te sepan aconsejar en todo momento.
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