La climatología juega un papel fundamental en el bienestar animal. En los meses de verano, donde se alcanzan temperaturas elevadas, el calor extremo se convierte en un enemigo silencioso para la salud y el rendimiento de los caballos. Aunque cuentan con mecanismos naturales para regular su temperatura corporal, las altas temperaturas pueden superar la capacidad de adaptación y derivar en un problema grave como el golpe de calor, la deshidratación, la fatiga muscular y, en el peor de los casos, la muerte del animal.
Por ello, entender cómo reacciona su organismo ante el calor es el primer paso para ofrecer un cuidado excelente y proporcionar bienestar en una estación con mucho riesgo. Países del Golfo como son Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Irán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán o Sudán, los más calurosos del mundo, presentan una amenaza seria para los caballos por sus condiciones climáticas, por lo que será de especial importancia conocer cómo tratarlos cuando el calor agudice.
Cómo afecta el calor extremo a los caballos
Investigaciones científicas y estudios observacionales han comprobado cómo les afecta a los caballos el calor extremo. Debido a la regulación de la temperatura corporal y su pelaje, estos majestuosos seres son fuertes frente al frío; sin embargo, se presentan débiles ante condiciones climáticas elevadas, de ahí que el cuidado debe ser mucho mayor en verano que en invierno.
La propia naturaleza presenta estrategias biológicas y fisiológicas capaces de luchar contra condiciones extremas, aunque hasta un límite. A continuación, presentamos medidas de prevención, algunas biológicas, y otras de puro aprendizaje heredado.
Sudoración
Por ejemplo, la sudoración del animal está considerada como una de las estrategias naturales más efectivas. Cuando el caballo suda, desprende electrolitos y, a su vez, libera calor mediante la evaporación, aunque solo el 25% de ese sudor les ayuda a rebajar la sensación térmica. Este fenómeno depende en muy gran medida de la hidratación del caballo.
Hidratación
Mantener una hidratación adecuada es clave para garantizar una termorregulación eficiente. Gracias a ello, el animal será capaz de sudar y mantener su equilibrio térmico. Sin embargo, sin suficiente líquido, los procesos metabólicos no funcionan de la misma manera, aumentando así las probabilidades de deshidratación, letargo, mucosas secas o estrés térmico.
Cabe mencionar que un caballo, aunque dependerá del peso, condiciones climáticas o si realiza actividades físicas, requiere unos 30-50 litros de agua al día para mantenerse bien hidratado y no sufrir riesgo de deshidratación, pues el 60-70% del caballo está compuesto por agua.
Para comprobar si tu caballo tiene riesgos de deshidratación:
- Revisa sus mucosas nasales, deben estar húmedas. Nunca secas.
- Pellizca suavemente su cuello y comprueba si luego recobra con normalidad el color de su piel.
- El color de la orina debe ser blanquecino; si es muy oscuro, es un claro síntoma de deshidratación.
- Revisa el ritmo de su respiración. Si es demasiado elevado, es una alerta importante.
Jadeo
Cuando un caballo jadea, está indicado que sufre calor. Esta acción es otra forma de liberar el exceso de calor del cuerpo de estos animales cuando las temperaturas son especialmente altas. El jadeo provoca un intercambio de aire, actuando como un refrigerador en la sangre.
Búsqueda de sombra
Con el paso de los años, los caballos aprendieron a buscar nuevas fórmulas para evitar el calor extremo. Según estudios observacionales, los caballos pasan un tiempo promedio al día de 108 minutos de sombra, con mayor incidencia en las horas punta, sobre todo por la mañana. Estos sabios comportamientos son heredados, pues el aprendizaje por la búsqueda de sombra en los meses más cálidos aparece desde el nacimiento, aunque será mayor su estancia en las zonas sombrías cuando adquieren edad adulta.
Consejos para tu caballo en meses calurosos
Cuando las temperaturas superan los 25ºC, los caballos empiezan a estar en situación de riesgo por exceso de calor. Por ello, cuando los termómetros superan estas cifras, hay que vigilar de cerca el comportamiento y bienestar del animal. Estos son algunos consejos:
-Sitúalos en zonas sombrías donde la temperatura disminuye.
-Baña al caballo con agua fría. Es el método más efectivo para restar temperatura corporal.
-Coloca placas de hielo por cabeza y cuello.
-Evita zonas secas. Si encuentras un arroyo cerca, déjalos refrescarse.
-Reduce la intensidad en la actividad física del caballo
-Evita entrenamientos en las horas punta de más calor